Die ersten Eindrücke in Berlin
Mi nombre es Franco Moreno Santoro, soy Chileno-Italiano, y vine a Berlín por primera vez hace ya casi 3 años. En ese entonces me encontraba estudiando Ingeniería en la Universidad Católica de Chile. Nunca había visitado Europa, pero mi vida en Chile ya no me satisfacía como antes, por lo que luego de pensarlo un poco decidí, sin saber mucho, mudarme a Berlín y comenzar una nueva vida, principalmente porque quería cambiarme de carrera y aprender un tercer idioma, y el alemán se me hacía el más interesante.
Antes de mudarme a la ciudad comencé un viaje como mochilero por Europa occidental, ya que me interesaba mucho saber si, a ciegas, había hecho una buena elección de ciudad y poder saber con propiedad donde me encontraba viviendo. Estuve 4 meses viajando por España, Francia, Italia, Inglaterra, Escocia, Irlanda y Holanda. Disfrute mucho este tiempo y cada uno de los lugares que visité, pero definitivamente mi llegada a Berlín fue el mejor momento de mi vida, lo recordaré por siempre como mis años dorados (aunque quizás sea una exageración, ya que solo tengo 26).
En un comienzo la ciudad no era lo que yo me esperaba, desde el aspecto visual no parecía tener el orden de las demás capitales europeas. Todo estaba relativamente en mal estado y sucio. Era caótico, ruidoso e intenso, hacía muchísimo calor, pues llegué a finales de julio a Neukölln, por lo que me sentía casi en Brasil con su clima tropical y pisos de pequeños empedrados. Fue bastante “Mind-twisting” pero fue exactamente eso; su caos, sus colores, olores y creatividad lo que al cuarto día me robaron el corazón y me hizo querer pertenecer profundamente a esta ciudad. Esta loca ciudad donde descubrí como las distintas culturas, por muy diferentes que sean, en base al respeto pueden convivir en perfecta armonía, y como con la integración y colaboración de todos, se podía lograr construir una ciudad casi utópica.
Sabía que los idiomas no eran mi fuerte, pero confiaba en mi habilidad de aprender las cosas rápido. Había aprendido ingles en un año viajando por Sudamérica, por lo que estaba confiado que no debería ser muy diferente con el alemán, ya que en mi cabeza, estos idiomas eran muy similares, y había escuchado que compartían muchas cosas en común, craso error. Así mi ingenuo plan de aprender alemán en 6 meses para luego postular a la universidad fue cambiando poco a poco y medida que pasaba el tiempo mutaba también yo, mis deseos y mi personalidad…
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